Sí, todos los que estábamos allí nos convertimos, cuatro minutos y tres segundos después de esta toma, en ilegales... Y la Mariblanca también, que no se fue. Lo puedo asegurar porque la estuve vigilando (por si acaso). Realmente, todo un orgullo estar allí con ella en ese momento. Es más, creo, estoy seguro, que hoy nos veremos de nuevo.
Por cierto, hace mucho tiempo alguien me dijo, comentando una foto de La Mariblanca que puse en un blog ya del pasado, que me retaba a retratarla de nuevo integrándola en la Puerta del Sol. Creo que esta imagen es una buena respuesta a ese desafio. Integrada en la arquitectura y, sobre todo, entre su pueblo.
Casa de Campo 01
Hace 11 años